viernes, 2 de agosto de 2013

La bola somo boleta (Isa Peña)

Terminó la maratón de los 3000 y algunos seguimos de largo corriendo cansados, sin poder parar. No miramos la cinta que cortamos y ya dirá el jurado cuáles fueron nuestras marcas. Y volvimos a la calle. Nos da paja salir. Un graffiti en Juan B Justo reza: Cristina, violencia es mentir. 

No sabemos a quién vamos a votar, pero escribiendo y leyendo sabemos perfectamente ver sueños inimaginables, blancos, de colores, demasiado costosos. Queremos vivir, pero muriendo por nuestros sueños escribimos mejor.

Una china vendedora de quesos de mármol en el Miami de Palermo amó a un hombre en idiomas nuevos, ella mujer, mojada, limpia. Él galante, creativo, urgente cumplió sus sueños. Lo hicieron parados, sobre un puente hecho de teclados azules. El amor. 

Nos sumergimos en Le Championnat, lago de sensibilidades, magma del centro de la tierra encendido de palabras de neón. Nos transformó, como sintió Clara la noche de Pachamama después de que se cortara la luz en el boliche vegetariano: “El subte pasa por acá? Porque siento que me vibra el culo.” Desde ahí miramos al cielo. Y desde el paraíso escuchamos conciertos. Al Colón.

El campeonato de escritura pulió cayos de las plantas de mis pies, lo precioso de mis manos se hizo de piedra y vértigo sobre el teclado. Las pesadillas se burlaron de mi corazón, un macabro spot que me mentía pregonó la dignidad. Supermercado Vital, y muerte. Y soñé. 

Y fuimos frenéticos. Y leímos encantadas, calientes, que ellos saben cómo hacer. Que sabrían guiarnos, cuidarnos en vez de volvernos locas. Supimos estar menos confundidos. Y ellos se nutrieron de nosotras para ubicarse. Nos pusimos límites y aprendimos a negociar, ellas y ellos. Y fuimos fieles. Nosotros soñamos.

Esta experiencia me sirvió para hacerme cargo de mis pasiones. Pude decir. Abracé a la gracia. Caí por los caños. Yendo hacia abajo, el cuerpo imantado a la computadora. En el fondo, nos salpicamos en la cloaca. Y salimos a los bares, al otro, al día extrovertido. Comimos tostadas francesas, Marina sacó su perfume (también francés) de la cartera y supimos atravesar las rachas hediondas aparte de las emanaciones de lavandina. Escribimos poemas, los pusimos en su lugar.

También descansamos en la paz de las corrientes saladas. Nos mudamos. Y las algas enroscaron nuestros ombligos atándolos a corales como si fuesen cordones dorados, fugaces.

Y se fueron amigos, nos abandonaron. Fuimos amputados, sopapeados por la vida. Pensamos con el corazón. Lloramos otra vez. Latimos con los cerebros, a ritmos contagiosos, fuimos víctimas y victimarios a la vez. Nadamos estando casi rotos.

Llegamos a confiar hasta la locura, sumamos caracteres. Y dijimos: LAS BOLAS SOMOS BOLETA

Como es Dios? Acá en el valle de lágrimas nos toca la dualidad pero rasqueteando el fondo sale masa nueva, voluptuosa envolviendo humor, alegría y plenitud de gozar de la creación. Como el miki moco, barril sin fondo de magia. Qué es escribir? Te hablé y no le hablé a nadie, quise ver tu respuesta, te sometí a mi falta de límites, y vos lo mismo. Empujé hasta poder ver, dolía mucho, no soporté la verdad, entonces inventé. O apareció la poesía. Jumbo te desea un feliz día del niño.

Un gol, una sonrisa a tiempo, una reflexión de Passarella, con el humor de Wilson. 

Somos protagonistas cuando abrazamos lo imperfecto. Fuimos ganando y desertamos, nos peleamos, nos confundimos, no nos vimos, nos amamos. Cómo es que Dios escribe con nosotros por momentos? Que somos con Él, cómo será su sentido del humor? Cómo es Jesús? Quien mando la caña con ruda macho para que haga fondo blanco a las 11 de la mañana antes de hacer pilates, el día de la Pacha Mama? Cómo es posible seguir, reír, hacer equilibrio, cambiar tanto de un día para el otro?

Y nos fuimos al carajo con el juego, relegando vida. Yo no pude parar de asociar cosas, concatenando palabras en loop. Escribir, escribir, en el colectivo, en el teléfono, en la cara del otro. Salí al barrio. Seguí observando, escuchando cómo las cosas pasan por mi vida, mediándolas sola, en grupo, en Googledoc, en vez de por el Facebook (mucho mejor, eh).

Nuestras raíces se formaron en las ramas, y volvimos más fuertes, más, y menos solos. Se apagó la batería y seguimos escribiendo, con lo que quedaba de nosotros. “Trabajar cansa”. Nos olvidamos de rezar, pero en vez estuvimos avanzando, lloramos, hicimos odas en colaboración, en trasnoches de alegría, donde se esconde lo Divino. Moramos las computadoras, los cuadernos absortos, los colectivos en ascuas. Seguimos escribiendo. 

Se desdibujaron apellidos, marcamos crucesitas, nos tachamos, invocamos al Espíritu Santo, miramos boquiabiertos a Francisco, comimos mandarinas fuera de estación y probamos ananas sin sabor ni a Sugus. Nos mentimos a nosotros mismos, nos engañaron. 

Entre paréntesis. La ilusión nos espeja.

Quisimos registrar la tala, caer junto a ese árbol a la tierra. Escucharlo gritar, verlo caminar. Nos hundimos en el cuarto oscuro, riendo, desolados, paranoicos. Desconfiamos y nos entregamos, quisimos decir todo, era un tren fantasma, aceptamos Italpark.

Y entre tanto, la escritura, del miedo al amor, de la envidia a los celos, la devoción infundada, la ambición de hacer más, mejor. Edición generosa de conejitas punky de pascua que saltando nos guían hacia el cambio. ¡Teléfono! ¡Timbre! La paz. Eso y la verdad, y lo otro. Y guardamos de más, en Word.

Nos pintamos las uñas sin manchar los teclados, bailamos. Me perdí de vista, encontrando cosas nuevas y me hice cargo. Dejamos atrás lo que no sirve. Amenazaron con violarnos, y retrucamos canciones de amor, incoherentes, efusivos, errados, en pedo, vomitando, briosos: juego, juego, juego , lastimo. ¡Para adelante! Aprendimos a ganar.

No importa si el cura nos miente, es literatura. Les aviso, esto es ficción, esto es documental, somos escritores y mandamos a los supuestos a cagar. Qué paja la política, pero no Paso. Encontré mi costado masculino, mi otra mitad real. Fui adicta al delirio, a los links.

Nunca escribí tanto, ni tan bien (polémico). Fui feliz sin acento. Te vi. Nos vimos. Chateamos en el sauna mixto y cochino: el google doc, casi ao vivo. Desnudos, noctámbulos, solos, místicos. Supimos dejar de hacer. Fuimos profetas mudos todos y pudimos mucho.

Gracias por tanto, A TODOS, (chiste border).

No hay comentarios:

Publicar un comentario